sábado, 25 de febrero de 2012

Maxine the cow

Las plantas a diferencia de los animales no experimentan miedo y no corren por su vida, por que no tienen ni cerebro ni sistema nervioso central.
Aquí la historia de ésta afortunada vaquita que se salvó del matadero por que corrió por su vida, pero al hacerlo no solo salvó la suya, sino la de muchas otras  al hacernos concientes de que por abastecer el consumo de carne al cual estamos acostumbrados culturalmente, muchas vacas han sido sacrificadas y muchas veces de manera cruel causándoles un enorme sufrimiento.
Desgraciadamente, en muchos lugares las medidas de “seguridad”  son tan “buenas” que miles de vacas y otros animales no han tenido ninguna oportunidad de escapar y se encuentran en pedazos hermosamente empacados antojándosenos en los supermercados de manera que es casi imposible relacionarlos mentalmente con lo que son en realidad: trozos ensangrentados de animales sacrificados.
Son historias como ésta las que, al suceder  fuera de su contexto nos toma tan de sorpresa que nos ayuda a pensar  y corregir algunas cosas que han estado  ahí por muchísimo tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario